La basura no miente – El Nuevo Diario (República Dominicana)

La basura no miente – El Nuevo Diario (República Dominicana)


La basura no miente. Dice la verdad que los funcionarios intentan esconder tras discursos bien redactados y ruedas de prensa con sonrisas ensayadas. Mientras la Alcaldía del Distrito Nacional presume de una ciudad “limpia, moderna y ordenada”, los barrios que realmente sostienen la capital se ahogan en fundas negras, zafacones rotos y promesas incumplidas.

El Distrito Nacional no es solo Naco, Piantini, La Julia, Bella Vista o los sectores donde las cámaras del Ayuntamiento hacen sus rondas cuando hay inauguraciones. El Distrito Nacional también es Capotillo, Simón Bolívar, Ensanche Luperón, Las Cañitas, 27 de Febrero, San Carlos, Villa Juana, María Auxiliadora, Villa Consuelo, Mejoramiento Social, Gualey, Los Guandules, Loma del Chivo, Domingo Savio, Villa Francisca, Ensanche Espaillat, Villa María, La Zurza, Los Ríos, Cristo Rey, La Puya, El Caliche, La Agustinita, Los Jardines del Norte y muchos otros que conforman los verdaderos pulmones del DN.

En esos barrios, donde vive la mayoría del pueblo, el camión de basura no llega a tiempo, los zafacones son un lujo y los mosquitos hacen campaña solos. El Parque de Villa Consuelo, que debería ser un espacio de recreación para las familias, hoy está rodeado de basura y descuido; los bancos rotos, la maleza creciendo sin control y los desperdicios acumulados son la postal que nunca muestran en los informes oficiales. Y a pocas cuadras, la Duarte se ha convertido en un caos visual de cajas vacías, plásticos y desperdicios que se amontonan sin control mientras los comerciantes tratan de sobrevivir entre el desorden y la indiferencia.

La realidad no se barre con comunicados ni se tapa con pintura: el abandono municipal está a la vista y huele a descomposición. Cada día, las familias del Distrito Nacional enfrentan el caos que deja una gestión que habla de modernidad mientras deja los barrios hundidos en descuido. Se gastan millones en campañas publicitarias, pero no en rutas de recolección eficientes. Se inauguran parques en los sectores de clase media alta, mientras en los barrios populares los pocos espacios públicos son vertederos improvisados.

La basura no miente. En cada funda rota hay una historia de desigualdad, una evidencia del abandono selectivo. No puede haber ciudad limpia cuando la limpieza es un privilegio de los ricos. No puede haber gestión moderna si el municipio se divide entre los que aparecen en las fotos y los que viven entre la basura.

El Ayuntamiento del Distrito Nacional ha convertido la limpieza en propaganda y la basura en una vergüenza colectiva. Los barrios no necesitan discursos, necesitan camiones. No necesitan influencers, necesitan acción.

La basura no miente. Es la voz más honesta del Distrito Nacional, y hoy grita lo que muchos callan: que mientras la administración municipal brilla en Instagram, la capital real se hunde en el abandono. Y entre la basura del Parque de Villa Consuelo y las cajas vacías de la Duarte, se revela la verdad que ningún discurso podrá maquillar: La ciudad no necesita más fotos, necesita gestión



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